Tuesday, November 14, 2006

Creación musical y paisajes sonoros

"La composición con paisajes sonoros se inscribe fundamental aunque no exclusivamente en el campo de la producción musical electroacústica. Más allá de experiencias puntuales anteriores, la música electroacústica adquiere una consolidación y expansión a partir de la segunda mitad de los años 40 del siglo pasado, como consecuencia de las necesidades planteadas por los creadores de acceder a conformaciones tímbricas que trascendieran las disponibles hasta el momento, y del desarrollo científico y tecnológico que permitía satisfacer esas necesidades.

La música electroacústica ha tenido dos fuentes principales de materiales de partida para la composición, los sonidos existentes y los sonidos generados sintéticamente. Si bien la composición con paisajes sonoros tiene un vínculo innegable con la música que parte de sonidos ya existentes, mantiene una diferencia fundamental con la referencia más directa de esa música, que fue lo que Pierre Schaeffer llamó música concreta.

La llamada música concreta postulaba que un sonido debía ser aislado y despojado de toda posible contextualización para adquirir la categoría de objeto sonoro, y por lo tanto estar apto para ser utilizado en una composición musical. Contrariamente la composición con paisajes sonoros se basa en la posibilidad de contextualizar los sonidos que aparecen en la obra musical. En palabras de Barry Truax, la composición con paisajes sonoros está caracterizada por “... la presencia de sonidos y contextos ambientales reconocibles, que tienen el propósito de invocar asociaciones, memorias y la imaginación del oyente relacionada con el paisaje sonoro”.

Pueden detectarse dos grandes corrientes en la composición con paisajes sonoros en el campo de la música electroacústica. Una primera corriente presenta los paisajes sonoros tal y cual fueran registrados. Quienes trabajan en esta línea pretenden que el registro y audición de paisajes sonoros se convierta en un arte en sí mismo, como en su momento lo hizo la fotografía. A lo sumo estos creadores modifican el comienzo y el final del fragmento del paisaje sonoro presentado, eventualmente la transición de uno a otro.

Por otro lado están quienes toman paisajes sonoros como punto de partida y como centro conductor de sus composiciones, pero los mezclan, procesan, modifican e incluso combinan con otros sonidos, sean estos sintéticos, la voz humana o producidos por instrumentos musicales acústicos. Los sonidos se organizan según criterios musicales.

Puede mencionarse una tercera corriente que no necesariamente está inscrita en el campo de la música electroacústica, y que consiste en disponer la interpretación de una obra musical en un entorno determinado, de manera tal que los sonidos de ese paisaje sonoro se integren a la composición musical. Un ejemplo extremo de esta tendencia podría ser la obra 4’33” de John Cage.

La composición con paisajes sonoros apela de manera consciente a la función social de la música. Esta línea -la creativa- del proyecto tiene como uno de sus objetivos fomentar la creación musical, investigando las posibilidades de la composición musical electroacústica con paisajes sonoros. Pero adicionalmente espera determinar en qué medida la composición con paisajes sonoros es capaz de contribuir a elevar el grado de conciencia del individuo del paisaje sonoro que consume pero también produce. En definitiva en qué medida la música puede contribuir a desarrollar la conciencia social de un individuo y de una comunidad toda.

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